Una misteriosa y espectacular llamarada emitida por la roca espacial hace sospechar una explosión tan violenta que quizás pueda ser observada a simple vista
En octubre de 2007, el cometa Holmes dejó literalmente pasmados a los astrónomos cuando, en menos de 24 horas, empezó a brillar con una intensidad 500.000 veces superior a lo normal, pasando de ser una simple esfera de polvo congelado a un orbe tan brillante que podía distinguirse a simple vista, sin necesidad de instrumentos de observación. Más que un cometa, se dijo entonces, parecía una supernova. Ahora, una misteriosa y espectacular llamarada emitida por el cometa hace sospechar que aquel fenómeno puede estar a punto de volver a producirse.